Pastelitos Chicotrópicos

Una boda judía. Los invitados llegan, todo es felicidad. Una mujer, de pronto, reconoce apoyado en el marco de una puerta a un individuo rubio, con gafitas y un corte de pelo estilo años 30. Y entonces todos los judíos presentes se asfixian.

Así comienza Fringe.

Los fringitos acuden al lugar de los hechos y comienza la investigación. Sólo han muerto los parientes del novio, todos ellos judíos. ¿Esto huele a nazis? Un poquito sí. Desde luego el tipo sospechoso del principio tiene toda la pinta de un buen seguidor de Hitler. Walter empieza a desarrollar sus teorías: se empleó una toxina diseñada para matar a las personas con unos rasgos genéticos determinados. ¿Qué mejor lugar que una boda llena de gente para hacer un experimento? Y, tal y como Walter vaticina, el experimento vuelve a repetirse. Sucede en una cafetería y afecta a las personas que tienen ojos marrones. Además, necesita algo caliente para transmitirse. En esta ocación ha sido una taza caliente y en la boda fueron velas. En el exterior del local, el "presunto" nazi reconoce a Walter Bischoff...

Walter examina concienzudamente la toxina y descubre que ésta, como es habitual -por lo visto-, está firmada. La firma consiste en un caballito de mar. ¡Chan! La toxina es creación del padre de Walter, Robert, que era un eminente científico alemán que llegó a Estados Unidos en 1943. Resumiendo: el padre de Walter trabajó para los nazis peeero colaboró como espía para los aliados. Ahora eso de Bischoff empieza a tener más sentido.

El problema es que el padre de Walter debió esconder la fórmula de la toxina en los libros que se llevó a América, libros que Peter vendió hace años... pero se pone manos a la obra para encontrarlos porque ahí está la clave. Sin embargo, la búsqueda de los libros lleva hasta un artista moderno que se dedica a hacer collages con la cara de Hitler (pero no es nazi, ¿eh? Sólo un bohemio incomprendido). La cuestión es que el bohemio ha usado los libros de Walter para elaborar sus dudosas obras de arte y nadie más ha tenido acceso a ello, así que el nazi no ha obtenido la fórmula a través de los libros.

Con lo poco que tienen, y sabiendo que la toxina puede manipularse de tal forma que mate a quienes nos cumplen con rasgos genéticos específicos, los fringitos deducen que lo que quiere el nazi es llevar a cabo el deseo de Hitler: conseguir la pureza de la raza (a lo bestia). Reciben una bueno noticia que es la localización de un individuo que emplea sustancias esenciales de la toxina. Ese individuo, claro, es el nazi que huye justo cuando ellos llegan pero deja un regalito para Walter en forma de toxina creada específicamente para él. Sólo será un susto y Olivia encontrará una pista importante: el logo de la World Tolerance Initiative, que celebra una reunión en Boston y que es el lugar al que se dirige el nazi para experimentar y eliminar unas cuentas razas inferiores.

Walter se queda en el laboratorio del nazi diseñando la anti-toxina mientras Peter y Olivia acuden raudos y veloces a tratar de detener el atentado nazi. Walter y Astrid llegaran al lugar unos minutos antes de que Peter localice el método empleado para expandir la toxina y entonces se oyen toses... ¿Han llegado tarde? No, las toses son del nazi que, totalmente azul y tendido en el suelo, señala hacia arriba: Bischoff! Traitor!!! Y es que arriba está Walter que no ha creado la anti-toxina sino una toxina específicamente creada para acabar con el nazi. Ojo por ojo.

Evidentemente Broyles no ve con buenos ojos la actuación de Walter pero es Walter y todo se le perdona... Además éste se disculpará de una forma un tanto peculiar ante Olivia diciéndole que la familia es muy importante para él y que no hay nada que no haría. Como por ejemplo, viajar a otra dimensión y robar un hijo que no es suyo...

Una buena noticia para acabar: Peter ha recuperado los libros y entre los libros hay una foto.

Hay que ver qué bien se conservan algunos, ¿no?