Pastelitos Chicotrópicos

Un Barney poco histriónico para lo que es habitual es el protagonista de este episodio. Se agradece que, aunque Barney sea el centro del capítulo, lo sea de una forma distinta -en cierto modo- a la habitual.

Loretta, la madre de Barney, va a vender su casa, y llama a sus hijos para que empaqueten todo aquello que quieran conservar y se lo lleven. A pesar de que todos los amigos de Barney se niegan a ayudarle con la tarea, terminan haciéndolo. Aunque no se sabe cómo, Barney ha utilizado alguno de sus trucos para conseguir que sus amigos le ayuden, pero no sabemos qué ha hecho exactamente. En fin, en la casa de la infancia de Barney está también su hermano James, que ha ido a hacer lo mismo que él. Gracias a James y al propio Barney, vamos viendo algunos detalles de su infancia, y lo que más resalta es que Loretta les engañaba continuamente para evitarles disgustos (fan del gran jefe de correos falso escribiendo al Barney de ocho años para explicarle por qué sus amigos no han ido a su cumpleaños).

Mientras Barney se creía absolutamente todas las mentiras de su madre, James no es así, y hablando sobre esas mentiras, Lily y Marshall se plantean qué cosas les contarán a sus hijos y sobre qué cosas les mentiran. Marshall es partidario de las mentiras clásicas del estilo Santa Claus, pero Lily no cede. Por su parte, Barney y James siguen empaquetando y, mientras lo hacen, descubren una carta de su madre dirigida a un tal Sam Gibbs que nunca llegó a recibirla. Dentro del sobre hay una foto de los dos hermanos y, tras ella, dos palabras clave "Your son". El padre de uno de los dos hermanos era el destinatario de la carta pero ¿cuál? A pesar de que su madre intenta evitar que los chicos lo descubran con una nueva mentira, ambos (y todos los amigos) van en busca de Sam Gibbs.

Sam resulta ser el padre de James, aunque Barney decide hacerse hijo suyo también y sus amigos prefieren dejarlo estar. Cuando vuelven a casa, Loretta está dispuesta a contarle a Barney la verdad sobre su padre, pero él prefiero no saberlo y quedarse como está.

Eso es todo sobre Barney. La historia "paralela" (y totalmente prescindible) del capítulo está protagonizada por Ted y Robin. La canadiense ha hecho de celestina entre Ted y Liz, una maquilladora, y ha puesto a Ted por las nubes. Sin embargo, su amigo le pide que cambie de estrategia y no hable de él como un tipo maravilloso, de manera que evitará así no poder cumplir las expectativas de Liz. Robin lo toma demasiado al pie de la letra y deja a Ted a la altura del betún en el siguiente mensaje que envía a Liz. En resumen, Robin la lia parda durante todo el episodio, hasta que Ted se da cuenta de que su amiga también le ha hablado maravillas de Liz que, pese a todos los mensajes de Robin, sigue queriendo salir con Ted. Conclusión: Liz es un orco.

Y por ir terminando... Es un capítulo que cumple y no da mucho más, ni buenísimo ni malísimo, simplemente correcto. Lo mejor es que Barney, a pesar de estar -en mi modesta opinión- sobreexplotado, aquí deja aparte las bromas de siempre (el contexto se lo facilita) y va por otro camino que sin ser nada del otro mundo, por lo menos entretiene. Marshall y Lily están desaparecidos en combate, y Ted y Robin casi también, porque su participación sólo consiste en llenar los minutos que no son de Barney.

Nos vemos pronto.