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martes, 23 de marzo de 2010

The Pacific - Repaso Segunda Parte

Segunda entrega de The Pacific con más acción, más emoción y más japoneses intentando aniquilar a nuestros protagonistas... ¿Vemos qué ha pasado?


Los Marines siguen en Guadalcanal, resistiendo como pueden. El Ejército llega para reforzar la zona y en este punto es curioso el contraste entre el equipamiento de unos y de otros (los militares van mejor preparados) y curioso también cómo los Marines, que ya se las saben todas, acuden a la playa, aprovechando la llegada de aviones japoneses y la inexperiencia de los militares, que salen huyendo creyendo que van a bombardearles, para hacerse con material del Ejército, alimentos, puros y hasta mocasines. Leckie y sus compañeros serán los que fundamentalmente asalten los víveres del Ejército y se beneficien de ellos, aunque precisamente a Leckie una lata de melocotones en mal estado le jugará una mala pasada y le hará ganarse el mote de "Melocotones".


Mientras tanto los encuentros con los japoneses no cesan, tanto encuentros directos como bombardeos continuos. La situación de los americanos no es la mejor porque están prácticamente aislados, con poca munición, etc, y para colmo esperan un gran ataque japonés que, de salir mal, les dejaría aislados del todo porque supondría que los japoneses reconquistarían el aeródromo y los Marines se verían obligados a retroceder a la selva y luchar al estilo "guerrilla". En estas circunstancias, Basilone dejará a su compañero Rodríguez con el Coronel, como enlace en el puesto de mando, mientras él y todos los demás tendrán que hacer frente al incesante e incansable ataque japonés. Toda una noche apareciendo japos de todas partes y cayendo, sin poder -y parece que hasta sin querer- evitarlo ante los Marines. Más suicidas que kamikazes porque causan menos bajas de las que quieren. Sin embargo, precisamente uno de los que cae es Rodríguez. Pese a ello, los Marines han resistido bien y han logrado contener a los japoneses. Ya les toca dejar Guadalcanal.


La vuelta al barco servirá para que los chicos tomen fuerzas y se encaminen a su próximo destino. Pero antes de esto, Leckie y sus compañeros tratarán de comer algo, aunque sólo podrán servirles café. Charlando con el tipo que les sirve y que les pregunta si lo han pasado mal (respuesta que es obvio que conoce por cómo les mira y porque es evidente que están machacados) descubrirán que todo el mundo en su país ha oído hablar de ellos y de la batalla de Guadalcanal y que además les consideran héroes. Lo único que les importa realmenre es haber salido de allí con vida.


En Estados Unidos, uno de esos conciudadanos que debe considerarles héroes es Eugene. El chico ha superado su enfermedad y tiene el permiso de su padre, con resistencia pero lo tiene, para alistarse y marcharse a la guerra, así que pronto veremos cómo le va.


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